Su nombramiento como maestra de Villorejo allá por el año 1955/56 era para ocupar la plaza que dejaba vacante don Marcelo, un maestro duro de aquellos de la vieja escuela. Doña Isolina tenía otro estilo. Había hecho sus estudios en la Institución Teresiana de Burgos, que por aquel entonces estaba a la vanguardia en cuanto a métodos de enseñanza: nada de violencia verbal ni física, nada de humillaciones y el castigo, como último recurso. Con ella se pasó del método de “la letra con sangre entra” al método del refuerzo positivo y la paciencia hecha persona. Así daba gusto ir a la escuela.

En esos años todavía compartíamos el mismo aula los niños y las niñas en el local del Teleclub y ella vivía con su madre, la señora Florencia, en la casa que ahora es de Anita. No fue hasta el curso 1958-59 que se dejó la escuela vieja y bajamos a las nuevas separados ya por sexos como exigía el gobierno de Franco. Doña Isolina y su madre ocupaban la casa que da a la plaza. A la hora del recreo la señora Florencia nos tenía preparada la leche caliente, aquella que nos mandaban los americanos junto con el queso de bola. Los alumnos solo teníamos que llevar la taza. A casi nadie gustaba aquella leche; suerte que el tendero de Villadiego que iba por los pueblos ya vendía el Cola Cao.

Doña Isolina nació el año 1934 en Cañizar. Tenía 10 años cuando murió su padre y eso marcó para siempre su vida. Madre e hija dejaron Cañizar para instalarse en Burgos capital. Allí la señora Florencia trabajaba en una casa de comidas. Para su hija consiguió una beca con la que pudo darle estudios.

Su primer destino fue Villorejo pero ya tenía muy claro que no se conformaría con quedarse para siempre en nuestro pueblo. Era mujer de mucha voluntad y con un gran espíritu de superación; además, acostumbrada como estaba a vivir en ciudad, Villorejo se le quedaba pequeño. Preparó oposiciones y se presentó en Madrid para obtener plaza en pueblo de 10.000 habitantes. Las ganó en 1960 y le dieron Alcázar de San Juan. (Ciudad Real) donde ejerció varios años. Posteriormente pidió traslado a Hospitalet de Llobregat en Barcelona donde vivía un tío por parte de su difunto padre. Allí se casó en la basílica de la Sagrada Familia el 21 diciembre del 1974 con Emilio Gómez que era de Cuenca. No tuvieron hijos. La madre murió en 1999. Para entonces Doña Isolina ya daba síntomas de Alzhéimer que fueron agravándose hasta que murió en 2013. Tenía 79 años.

Doña Isolina es historia viva de Villorejo para las generaciones entre 1955 y 1960. Para mi concretamente fue un referente. De hecho, soy maestra por ella. Viendo como ejercía ella, yo pensaba que ser maestra era la mejor de las profesiones (sigo pensando lo mismo. Si volviera a nacer volvería a ser maestra) Con su manera de ser y hacer se hacía admirar. He hablado con varias personas que sé que la tuvieron como maestra y todas me cuentan lo a gusto que iban a la escuela. Han pasado muchos años de aquello y me ha costado mucho dar con personas que me dieran noticias de ella. Hace unos días, por fin, a través de Agustín de Cañizar he podido llegar hasta su prima Argaño que, muy amablemente me ha facilitado los datos más relevantes de su vida y las fotografías ya que  siempre mantuvo muy buena relación con ella.

FOTOGRAFIAS: Argaño de Cañizar

 

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