En la Revista Amigos de Villorejo, en el número 14 del año 2014, hubo un reportaje entrevista sobre Arsenio y su afición de labrar bastones. Lo traemos como recuerdo y memoria de nuestro vecino recién fallecido.
Aficiones y algo más:
Arsenio y sus bastones labrados a navaja
Ha sido un año duro para Arsenio, debido a la pérdida de su hijo Francisco. A pesar de eso, siempre con su recuerdo en la mente y con la voz entrecortada cuando se acuerda de él, Arsenio nos habla en este artículo de su afición con la navaja, de su familia y de ese rincón de su casa de Villorejo.
-Arsenio, sabíamos cosas de ti pero en particular nos ha sorprendido tu colección de bastones y cachabas, que gracias a las fotos de Jesús podemos conocer y apreciar.
Cuéntanos cómo empieza esta afición a labrar las cabezas de los bastones y cachabas.
«Hice uno, me quedó bien y seguí.»
-¿Con qué herramientas trabajas?
«Con una navaja y nada más.»
-¿Cuánto te lleva hacer un bastón, desde el más sencillo al más complejo?
«Uno sencillo se puede hacer en un día, los más laboriosos de cuatro a seis días.»
– En las fotos podemos apreciar unos cuántos: pero ¿cuántos tienes en total?
«En total tengo alrededor de veinte y algunos que he regalado.»
– Dinos algunos de los motivos de los mismos y los más espectaculares o los que más aprecias.
«Los que más aprecio son los de la Virgen de Argaño y los más laboriosos son los que están todo el bastón labrado y con dibujos muy pequeños. También tengo labrados miniaturas de arados romanos y almadreñas.»
-Pasando ya a tu casa, tu familia y este rincón de Villorejo: Cuéntanos algo de tus padres, tus abuelos, los nombres, los hermanos…
«Mi abuelo era de Susinos y mi abuela de Cañizar, mi abuelo se llamaba Domingo y mi abuela Escolástica. Mi padre se llamaba Flaviano y era de Cañizar de Argaño, mi madre se llamaba Margarita y era de Villorejo, que era hermana de Cándido, padre de Gaudencio. Mis abuelos por parte de madre se llamaban Santiago y Eusebia, que eran de Villorejo. Soy el pequeño de tres hermanos, que se llamaban Crescencio y Teodoro.»
-No sé cuál fue la procedencia de tu familia y cómo os establecisteis en Villorejo. Cuéntanos cómo iniciaste tu familia y esos primeros años con tu mujer Eleuteria y cuántos hijos habéis tenido.
«Tenía yo 17 años cuando me fui a trabajar a San Pedro Samuel, en casa de Mariano y Paula, estuve tres años y medio. Y alli conocí a Eleuteria, nos casamos al venir de la mili y tuvimos cuatro hijos, Francisco, Teodoro, Maribel y Marimar. Estuve diecinueve años casado viviendo en Villorejo y en el año 1969 me fui a vivir a Burgos, donde encontré trabajo en el Ayuntamiento, cinco años de barrendero y luego estuve dos años de guarda en el garaje municipal, de alli pasé al laboratorio municipal, también estuve en SEMAT y terminé mi vida laboral los últimos cuatro años de conserje en el Ayuntamiento.»
-Acerca de la casa y este rincón de Villlorejo: ¿Cómo os establecisteis en esta casa y no sé si sabes a quién perteneció anteriormente?
«Primero nos establecimos en la casa donde vivía mi padre, que ahora pertenece a Jesús (El Melli), luego compré la casa de al lado que perteneció al señor Rafael.
«En la casa de mi padre nacieron Francisco y Teodoro, y en la casa que compramos al señor Rafael nacieron Maribel y Marimar.»
-¿Cómo recuerdas esas tardes a la fresca en la primavera y el verano, esperando al pastor?
«Sentado en la piedra charlando con los vecinos, que donde vive Gaudencio vivía Ia señora María, en la casa que ahora es de Ángel estaba la cantina que la tenían el señor Inocencio y la señora Juana, que son los abuelos de Carlos Gómez, que vive en la casa de la entrada al pueblo; y en la casa de la señora Felisa vivía el señor Nicolás y la señora Salva, éramos muchos vecinos y siempre estábamos en el tiempo bueno de tertulia, esperando al ganado. Y donde la fuente de la Rosa vivía la señora Felipa que de niño, con tres o cuatro años iba allí a comer cangrejos.»
– A tus hijos y nietos, les gusta venir al pueblo y este año habéis estado de obras. Así será una casa más que se arregla del pueblo.
«Hemos arreglado el tejado que era lo más urgente, y ahora estamos con las habitaciones.»
-Imagino que habrá otros recuerdos de esta casa y este rincón, las vivencias con los vecinos. No sé si nos quieres contar alguna más.
«Me acuerdo una vez, con cuatro años que el buey del señor Simón me dio tres vueltas en el aire.»
Muchas gracias Arsenio.
Colaboración de Jesús López (El Melli), y Natalia (Nieta de Arsenio).