Ya sabemos que el oficio de labrador siempre conlleva tener los pies en la tierra y la mirada en el cielo. Pero la situación que están viviendo esta primavera está resultando especialmente angustiosa por la falta de agua. Como se prolongue más esta situación el cereal se agostará sin haber granado siquiera.
Jesús me ha enseñado la estadística de lluvias en lo que llevamos de año: tan solo han caído 123 litros por metro cuadrado. En abril 16 litros, y en marzo 22. Bastante menos de la mitad de lo que cayó en los mismos meses del año pasado: en abril 56 y en marzo 70.
Dicen los expertos que si llueve para San Isidro aún se podrá salvar la cosecha de cereal. Habrá que sacar al santo en procesión con más fe que nunca y cantar mucho y mal que por algo será que se les dice a los que cantan mal: «calla que va a llover». Ánimo y paciencia para los labradores. Seguro que vendrán tiempos mejores.
PD: El autor de las fotografías es mi hijo Rodrigo. Las hizo durante el fin de semana del 1 de mayo. Yo no me he atrevido a poner los nombres de los parajes porque temo equivocarme pero todas son de Villorejo. Si las veis en el teléfono mejor en horizontal.