Hace unos 6 meses que nos dejó Nicanor. Y, aunque con retraso, le dedicamos este pequeño recuerdo.
Un año antes, nos habíamos reunido la familia Mata en su casa; como si fuera una premonición de una despedida cercana. Nacío en Villorejo en los años 30. Hijo de Felipe y Fidela, fue el mayor de 7 hermanos. Indirectamente y a través de los padres, estuvo unido a nuestro pueblo. Aún conservo libros en los que animaba a su padre a modernizar la agricultura en los campos de nuestro pueblo, y así intervino junto con el tío Manuel en que a Villorejo viniera el primer tractor (el Steyr) en 1958-59. También me comentaron en alguna ocasión, que tuvo algo que ver en la primera tele que hubo en Villorejo; la del Tele Club, hacia 1965.
Quién mejor que sus hijos Isabel y Felipe, para dejarnos un recuerdo de su padre. Me uno a ellos en sus palabras y con los propios recuerdos: Hasta siempre, Luis Carlos Rodrigo Mata.
Es enero de 2013. Nos llega una carta de Miguel Moreno a casa. Es para nuestro padre: Nicanor. Él ya no puede leerla, nos dijo adiós en Noviembre, después de varios años de lucha contra una enfermedad durísima, que mermó la energía que usualmente desprendía, pero que nunca pudo quitarle las ganas e ilusión por vivir, por estar con los suyos y disfrutar de las pequeñas cosas que hacen que la vida tenga sentido; para él, en su situación, salir a la calle en su silla de ruedas, acompañado de sus seres queridos, y de paso tomarse algo, le hacía sacar la mejor de sus sonrisas.
Él se ha ido, pero nunca lo harán sus enseñanzas: son parte de lo que somos y de nuestra esencia. Las semillas que junto a nuestra madre sembró en nosotros, y perseverantemente cuidó durante muchos años, germinaron hace ya tiempo. Su buen hacer se refleja en sus dos hijos, quienes redactan este último adiós, de los cuales siempre se sintió orgulloso en sus últimos días.
Gran parte de esa base y de esas vivencias que cada día nos fue mostrando, lo aprendió en los Maristas, de los que tantas cosas nos ha contado. Bien pequeño, dejó su querido Villorejo, un pueblo de la provincia de Burgos, para comenzar a estudiar en Arceniega. Vivió momentos duros, acordes a la época, pero todo ello le sirvió para ser un luchador incansable.
Estudió Magisterio y más tarde se licenció en Clásicas: latín y griego; para acabar siendo un gran amante de la literatura. Aún en los últimos años recitaba poesías y partes de ciertas novelas y obras de memoria, e incluso te corregía cuando leías a su lado. Dedicó su vida a la enseñanza y no dejó de hacerlo hasta el último momento, porque incluso la enfermedad nos ha enseñado de su mano. El Alzheimer es terrible, no sólo para quien lo padece, sino también para quienes le rodean. Él, pese a todo, siempre tenía hueco para una sonrisa, especialmente si se la pedías, o era partícipe de una foto. Nos enseñó la forma de afrontar los momentos duros, a no venirse abajo y disfrutar del momento, de lo que ahora tenemos, sin pensar en lo que tuvimos o pudiéramos tener, a aprovechar cada segundo de nuestras vidas, y a hacer las cosas hoy, ya que mañana no sabemos si tendremos Alzheimer, o algo peor…
Que sea este recuerdo, un homenaje a toda esa generación que supo transmitir por todos los rincones que la familia, la fe, la cultura y el trabajo diario son parte de la esencia de la vida.
Felipe e Isabel Mata Marcos
Y para aquellos que queráis imprimir este homenaje-memoria a Nicanor, abriendo el vínculo lo tenéis en pdf. A la memoria de Nicanor Mata
Y para quienes necesitan letra grande, pinchad aquí.A LA MEMORIA DE NICANOR MATA
Fui alumno de D. Nicanor Mata Gómez en el Instituto Tomás Morales de Las Palmas de Gran Canaria. Él impartía Literatura y me dejó una profunda huella por su estilo tan personal, sus reflexiones sobre el ser humano y su enorme energía. Con el tiempo, yo también he sido (soy) profesor de Instituto en Lengua y Literatura. Seguro que una parte de él sigue viva en mis clases. Además, compartíamos una afición común, el ajedrez. Lamento mucho su pérdida, así como los duros años finales. Un fuerte abrazo desde Canarias.