Hace ya algún tiempo, por medio de la Profesora de Historia de América de la UBU, Adelaida Sagarra Gamazo, me llegó la información que hoy comparto con todos vosotros. Que en el Palacio de Castilfalé de Burgos, sede del archivo municipal, existía un libro que hablaba de un huracán en Villorejo…

Con esos pocos datos y el nombre del libro y el autor, un buen día, con tiempo, me acerqué y aunque me costó encontrarlo, esto es lo que finalmente pude sacar:

«El día 16 de Agosto del año de 1642, dedicado al glorioso confesor San Roque, entre las seis y las siete de la tarde, sobrevino una terrible tempestad de vientos a esta Ciudad, que faltó muy poco para quedar sepultada en sus mismas ruinas; y no sólo fue en la Ciudad, sino en otros muchos lugares del contorno por más de ocho leguas, que quedaron casi despoblados; porque además que arruinó a muchas Iglesias, taló los campos, y en algunas partes cayeron piedras de más de tres libras, las que destruyeron de todo punto las viñas y sembrados. De estos lugares fueron Herrera de Valdecañas, donde se llevó los trillos de las eras con las parvas, y derribó varias casas. En Villorejo se llevó las tejas y madera de la Iglesia y arrancó muchos olmos y viñas. En el lugar de Valles volvió las casas de arriba abajo, taló y derribó la Iglesia, sin dejar pirámide que no derribase. Los conventos de la Ciudad recibieron notable daño; en éste nuestro de la Merced, donde esto se escribe, derribó tres árboles enfrente de la portería…» (Pg.11a)

Además de esto, refiere infinidad de cosas sobre Burgos y pueblos de la provincia y como muestra he entresacado dos pequeñas referencias a Isar y Mártires de Palacios.

« VILLA DE ISAR

La Villa de Isar, plantada a la ladera de una cuesta a orillas del río llamado Hormaza, está tres leguas de nuestra Ciudad, habitada de cien vecinos, divididos en dos Parroquias, con abundante cosecha de pan, vinos y ganados. Cerca de esta villa está la de Palacios de Benaver, célebre por el Monasterio que en ella fundó para monjas de San Benito el Príncipe Don Mertulo, dedicado a San Salvador. Mucho se pudiera decir aquí de este Real Monasterio; pero, porque tengo ya escrita su historia en libro particular no lo hago. Está sujeto a los señores Arzobispos de nuestra Ciudad» (Pg. 32a)

« SANTAS MÁRTIRES DE PALACIOS

Sin salir de la religión de San Benito, tenemos otros Mártires, que son las religiosas del Monasterio de San Salvador, de Palacios de Benayel, Monasterio a dos leguas y media de nuestra Ciudad. Padecieron estas religiosas el mismo año, un día después de sus hermanos los Santos mátires de Cardeña, según la tradición que en él hay. Sucedió su martirio de esta manera: como salieron tan triunfantes de Cardeña Cefa y todos los demás de su compañía, teniendo noticias de este Monasterio -que como queda dicho en el Libro primero estaba ya fundado muchos años antes por el Príncipe don Mértulo y enriquecido después por el Conde Garci Fernández- parecioles que en él hallarían muchos tesoros; y es así que los había, pues cada una de sus religiosas lo era. Viendo ellas con los ojos a la muerte, la Abadesa, después de haberlas hecho una plática esforzándolas a padecer no una sino mil muertes que se ofrecieran, las aconsejó juntamente que para obrar el que los moros no violasen su virginidad, la que tan de veras habían consagrado a su celestial Esposo, se cortasen las narices, para que viéndolas así tan afeadas los moros, no las tocasen. Así sucedió, como lo pensaron. Ya entraron los moros en el Monasterio y no hallando los tesoros que juzgaban, arremetiendo como lobos furiosos a este Casto Rebaño, las degollaron a todas. Pero Dios, que vuelve siempre por la honra de los que de veras le aman, confirmó este suceso con una maravilla que duró muchísimos años, y fue que en el mismo sitio en que padecieron, que fue en el que hoy está la huerta del Monasterio, nació un árbol en cuyas hojas se veía el rostro de una religiosa cortadas las narices. Y consta de testimonios fidedignos, que el árbol criaba un género de fruta como las cuentas de un rosario, y de ellas tenía muy pocos años ha algunas la Casa de los Marqueses de Aguilar. De este martirio, como digo, hay tradición derivada de padres a hijos, aunque no constan los nombres ni el número de las religiones, si bien es verdad que de entonces consta por algunas escrituras que se hallan en su Archivo, que era muy crecida su Comunidad. Ignorándose otras muchas circunstancias por la razón de haber pasado muchos años desde que le destruyeron los moros hasta que se volvió a reedificar» (Pg. 243a-b)

Este curios libro tiene por título:

Historia de la Ciudad de Burgos

Estado secular de ella, su sitio, nombre, antigüedad y cosas notables que han sucedido en ella y su Arzobispado (1)

(1) Esta Historia manuscrita fue legada al Ayuntamiento de Burgos por D. Eloy García de Quevedo, Cronista de la Ciudad, y se atribuye a Fray Bernardo de Palacios de la Orden de la Merced.

Otras referencias a Villorejo no pude encontrar en él, tras más de dos horas de ojeo y hojeo.

El original de este libro se conserva manuscrito en el Archivo Municipal de Burgos y se publicó entre 1946 y 1949, en el Boletín de Estadística Municipal de Burgos, números 294-329. El original manuscrito parece estar fechado en el año 1.729.

Palacio de Castilfalé.jpg

3 pensamientos a “Huracán en Villorejo…(…en 1642)

  1. FELICIDADES a quien haya puesto esto. Qué ilusion hace leer referencias tan antiguas. Propongo que se publique también en la revista ya que no todo el mundo accede a internet.

    Tela lo de las monjas… Como si solo fueran violadas las guapas. QUE FUERTE!

    PD: Sería bueno que quien publique un artículo lo firme; como mínimo para reconocerle el mérito.

  2. Mariluz, no importa el mensajero sino el mensaje. Y el reconocimiento de los que colaboramos con esta página es el hecho de poder colaborar y ser parte activa de la vitalidad de nuestro pueblo. Para mí, como para tantos otros, es una gozada poder compartir noticias y demás con el resto de cangrejos; tanto es así, que me duele no tener más noticias o fotos para compartir sin llegar a pecar de pesado.
    Lo de firmar, qué importa… Además tú sabes bien quién lo escribió…
    Un saludo desde Burgos.

  3. No. No lo sabía. Sospechaba de Alberto que se que es muy aficionado a los documentos antiguos. Pero,mira, me alegro de saber que hay más personas con curiosidad y con generosidad para compartir con los demás aquello que descubren. Respecto de la firma, no te creas que soy la única que le gustaría saberlo. El hecho de que tú no le des importancia, dice mucho de tu humildad y yo lo admiro pero sabes como yo que en todos los medios de comunicación hay firmas que son garantia de buena información y otras que no, por tanto orientan al lector. Y lo de pecar de pesado… ni lo sueñes! Escribe todo lo que quieras que yo se de muchos que entran cada dia en villorejo.com a ver que novedades hay. Así que, ánimo Fidel!.
    Un abrazo bien fuerte

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