Con este título aparece en internet un artículo que analiza la aportación que hacen las nuevas tecnologias a la vida de los pueblos Está escrito por Rodrigo Prieto, miembro del SOI: Servicio de Observación de Internet. Son un grupo de intelectuales de la Universidad Ramón Llull de Barcelona que trabajan en investigación para la conservación y difusión de los valores humanos en la sociedad de la información y de la propia internet como fenómeno técnico, cultural religioso y social.
El Universo global de una Comunidad local
AUTOR: RODRIGO PRIETO. Doctor en Psicología Social Ethnic
Profesor Ayudante Doctor de la Facultat d’Educació Social i Treball Social Pere Tarrés. Universitat Ramón Llull.
Coordinador de proyectos del Institut Diversitas en el Ámbito de la Investigación y Difusión. Maria Corral.
Imagine un pueblo en medio de un páramo, en lo alto de una pequeña colina, con casas de piedra separadas apenas por unas estrechas calles… y entre ellas, nadie, o casi. Apenas unas cuantas personas que de tanto en tanto circulan de un lado a otro dejando en el silencio la huella de sus pisadas.
En la España profunda (del interior, lejos de las grandes ciudades) existen muchos pueblos fantasma que parecen sacados de las páginas del Cid, como vestigio de un pasado agrícola y feudal. Hoy, muchos de ellos están abandonados y desiertos, pero no todos. Villorejo es uno de aquellos que se niega a desaparecer, o mejor dicho, que gracias a la creatividad y esfuerzo de sus habitantes ha logrado mantener viva su historia, su espíritu, sus tradiciones… y la Red ha sido un actor clave en ese propósito.
Efectivamente, www.villorejo.com es hoy la plaza pública del pueblo, el lugar en que los villorejanos (o cangrejos, como les gusta llamarse a sí mismos) se encuentran para compartir y cultivar su cariño, respeto y orgullo por ser hijos de este pueblo del interior de la provincia de Burgos (Comunidad de Castilla y León) y que actualmente sólo está habitado de forma permanente por 22 personas.
Más allá de lo anecdótico, esta página condensa en sí misma todo el sentido del concepto global – local del que tanto se ha dicho en el último tiempo.
Una comunidad global
Por una parte, villorejo.com es un espacio –virtual- accesible y transparente para todos quienes quieren acercarse a él para conocer la geografía, la arquitectura, la historia, los habitantes, las tradiciones, las familias, las reliquias y la vida misma de quienes están vinculados al pueblo; es decir, una ventana abierta a esta pequeña porción del mundo real perdida en la península ibérica.
Si no fuera por Internet, esto no sería posible. La mayoría de los habitantes del mundo podría nunca enterarse de qué es Villorejo y ni siquiera toparse con la palabra, pero ahora que existe la Web, al menos existe la posibilidad de que –aunque sea por error o azar- muchos ciudadanos del mundo, internautas, puedan conocer este pequeño pueblo castellano, quizá interesarse por él y –quién sabe hasta invertir en restaurarlo o en comprar una de las casas que lo conforman o en usarlo como locación para una película o… las posibilidades se multiplican.
Al mismo tiempo y gracias a la interactividad de Internet (y en particular de las secciones de esta Web), cualquier internauta puede contribuir a la construcción de este espacio virtual, ya sea preguntando sobre el pueblo o respondiendo a otros sus dudas, conformando así una comunidad virtual interesada en las cuestiones villorejanas, la cual supera exponencialmente los límites físicos de dicha localidad. En sentido metafórico es como si los límites geográficos del pueblo se proyectaran hasta el infinito, o al menos hasta el universo del Planeta Tierra.
Más específicamente, la existencia de esta Web permite que todos los habitantes del pueblo –y sus descendientes de ayer y de hoy- se reencuentren en un lugar que les es común, que de alguna manera les conecta con una historia, con unas raíces compartidas en las cuales conocerse y re – conocerse mutuamente. Esta posibilidad no es algo baladí. Hace tiempo ya que la psicología demostró la importancia para las personas de tener unos referentes que le sirvan de base y fundamento para crecer y proyectarse. Los padres en particular y la familia en general tienen un rol clave en ese proceso, pero también el entorno social en que nos movemos sobre todo en los primeros años de vida. ¿Quién no recuerda, aunque sea vagamente, al menos una imagen de su infancia, de los amigos, de la casa, de los juegos, de las celebraciones familiares, de las vacaciones… como reliquia de un tiempo que nos marcó para siempre? www.villorejo.com es como el álbum de fotos de dichos recuerdos, y a la vez, como el Weblog (la bitácora) de un presente que transcurre más o menos vertiginoso para todos quienes bajo su alero se reúnen.
El ejemplo de la comunidad virtual-real de esta pequeña localidad castellana expresa cómo en una sociedad que parece no tener límites, donde el tiempo y la distancia se relativizan y hasta las mismas relaciones humanas se fluidifican, coexiste una necesidad y una energía activa que busca no sólo rescatar sino además cultivar y fortalecer las identidades locales, las pequeñas diferencias, las denominaciones de origen que aportan un sello distintivo a quienes con él se identifican. Por supuesto no estamos hablando de nacionalismos separatistas y excluyentes que utilizan la violencia para imponer su «diferencia», sino de una búsqueda identitaria personal y colectiva que es capaz de reconocer y aceptar el sello de cada uno y valorarlo precisamente porque ese sello es la base de la riqueza de las personas, de los pueblos y de las naciones.
Un ejemplo de ello, lo aporta la investigadora Mireya Lozada en su artículo «El Ciberciudadano: Representaciones, redes y resistencias en Venezuela y América Latina», donde comenta que «en Ecuador, a través de nuevas formas de organización, movilización y mediación político-social indígena, se han reivindicado las palabras “indio” e “indígena”, “nacionalidad” y “pueblo”, reinventando el mapa cultural del país, donde se reconocen actualmente 12 nacionalidades», lo cual destaca el carácter «plurinacional» de la sociedad ecuatoriana (http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/venezuela/faces/mato/Lozada.pdf).
En un contexto mundial donde lo único permanente es el cambio y la necesidad de adaptarse para sobrevivir, reinventar la propia identidad es una tarea tan ineludible como fundamental para conservar aunque sea la ilusión de una mínima estabilidad, que nos permita caminar y no desfallecer ante la incertidumbre en que vivimos. Autores como U. Beck (1998), M. Castells (2001), A. Gidens (2001), A. Gorz (2001) y N. Rose (), han explicado con detalle las características de nuestras sociedades actuales –al menos de las que forman parte de lo que conocemos como Occidente – y todos coinciden en que la incertidumbre es uno de los rasgos característicos del presente.
Abrazar las raíces (la propia historia) es, además de necesario, un ejercicio de realismo que puede ser más o menos grato, pero de cualquier modo es un paso que todos -personas y pueblos necesitamos hacer en algún momento del propio proceso de madurez. Ya traigan lastres u orgullos, esas raíces son los pilares básicos que nos sostienen; reconocerlos, por tanto, es pre -requisito para proyectar un futuro, cualquiera que éste sea.
En su Web los habitantes de Villorejo están materializando este ejercicio, y de cara al presente y a través de la herramienta que más le caracteriza: Internet. Gracias a ella, esta localidad ha dejado de ser el territorio aislado y lejano de siempre, para convertirse en un espacio que funde entre sus páginas la magia de la una virtualidad global y la calidez de una cotidiana localidad.
Bibliografía: http://www.villorejo.com
Perspectivas Teóricas sobre la Cuestión Global-Local:
http://www.comminit.com/la/teoriasdecambio/lacth/lasld-321.html
El Ciberciudadano: Representaciones, redes y resistencias en Venezuela y América Latina, de Mireya Lozada: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/venezuela/faces/mato/Lozada.pdf