Afortunadamente, la editorial del número de este año, no será monográfica, sobre el robo de las tablas del retablo. Seguro habría sido nuestra editorial si no se hubieran recuperado el pasado mes de Junio.
No obstante, debemos reflexionar sobre lo fácil que resulta robar y destruir nuestro patrimonio que con tanto esfuerzo, ilusión , trabajo en común y fe, hace ya más de 1000 años , comenzaron nuestros tatarabuelos , bisabuelos , abuelos y siguieron nuestros padres . Nosotros, ahora debemos ser capaces de al menos mantener y conservar para nuestras futuras generaciones, lo que ahora tenemos.
Nuestro “patrimonio”, no es sólo nuestras obras de arte, religiosas y no religiosas. Dentro de nuestro patrimonio también están nuestros campos, nuestras casas, nuestras tradiciones, nuestra fe, nuestra cultura, y todo lo que se ha ido incorporando a nuestra vida a lo largo de un milenio. Importante como lo anterior es nuestro saber convivir y el respeto de unos con otros. Basta releer la historia y mirar a países no muy lejanos, para saber que esto último es tan difícil y sin embargo tan valioso como todo lo demás.
Todo lo que hagamos por mantener, recuperar y aumentar este “patrimonio” tan amplio y tan variado, contribuirá a que nuestro pueblo siga perdurando en el tiempo.
Pero la historia también nos demuestra que para perdurar en el tiempo, es preciso además de lo anterior, que sea un lugar capaz de generar medios para ganarse la vida en la actualidad económica de cada momento, y al mayor número de familias.
Traemos a este número, en el recorrido por el Valle del Hormazuela al pueblo de Villanueva de Argaño. Posee una gran vitalidad económica, y con muchas de las diferentes actividades empresariales actuales asentadas en su municipio. Es cierto que el tener buenas comunicaciones y la antigua carretera de León, favorece la actividad que actualmente posee. Pero es un ejemplo a seguir a la hora de favorecer a las iniciativas económicas que puedan surgir y para pensar en cómo favorecerlas.