
Con la Bendición de los Ramos han dado comienzo, este año las celebraciones de Semana Santa en Villorejo. Como todos sabemos esta fiesta recuerda la entrada de Jesús en Jerusalén a lomos de un borriquillo y con toda la gente vitoreándole con palmas y ramas de olivo gritando: «Hosanna al hijo de David. Bendito el que viene en nombre del Señor». Seguro que mucha de la gente que lo vitoreaba no creía que fuera el Hijo de Dios pero esperaban de él que fuera el rey capaz de echar a los romanos y recuperar así el esplendor que tuvo Israel en tiempos de David. De hecho la palabra «Hosanna» en hebreo, significa literalmente «sálvanos».
El ritual católico para recordar este hecho consiste en una Misa en la que se bendicen los ramos y se lee el relato completo de los hechos sucedidos a Jesús desde la entrada en la ciudad hasta la Crucifixión y Muerte. En numerosos pueblos y ciudades se realiza también una procesión.
Los ramos que se utilizan en Villorejo son de Boj y los ha conseguido Jose Luis Pardo a través de un amigo de Isar. Me cuenta Rosana que algún año los han cortado de un Boj que crece en la tapia de la huerta de Luciana pero, esta vez no los han visto en condiciones. Hemos hablado también de la costumbre de poner el ramo, una vez bendecido, en las fachadas de las casas o en las puertas y ventanas. Antiguamente había la creencia que protegían de las tormentas y catástrofes y para evitar que el mal entrara en casa.
Por el hecho de estar bendecidos, esos ramos se consideran sagrados por lo tanto no se podían tirar. Justo después de Carnaval del año siguiente había que llevarlos a la iglesia y allí, el cura los quemaba. Sus cenizas se utilizaban en la Misa del Miércoles de Ceniza en la que el sacerdote nos hacía con ellas la señal de la Cruz en la frente mientras decía: Polvo eres y en polvo te has de convertir ¡Pobre de aquel que se la limpiara al salir de Misa! Por lo visto esa ceremonia hace años que no se hace ya en Villorejo.
El resto de celebraciones las podéis consultar en el programa: FOTOGRAFÍAS Rosana
PROGRAMA: Padre Elysée Habogorimana